El Día que Perdí Todas Mis Automatizaciones (Y Lo Que Aprendí Sobre los Backups)
Comparto cómo perdí todas mis automatizaciones de n8n en mi servidor propio, qué salió mal y cómo reconstruí todo desde cero. Una lección sobre disciplina, confiabilidad y por qué los respaldos importan más que el orgullo.
Jonathan Nieves
10/12/20252 min read


Finalmente pasó.
Un día me levanté, entré a mi n8n autoalojado… y no había nada.
Cada automatización, cada flujo que había construido con paciencia, había desaparecido.
Por unos segundos me quedé mirando la pantalla vacía. Luego vino ese silencio profundo donde tu mente se niega a aceptar lo que está viendo. Tenía copias de seguridad, o eso creía. Pero no las que realmente te salvan cuando todo falla.
Ese día entendí algo muy claro: un sistema sin disciplina está destinado a fallar, no importa qué tan bueno creas que eres.
Cómo Perdí Todo
Tenía mi instancia de n8n corriendo con Docker Compose. Todo funcionaba perfecto: estable, fluido, confiable… hasta que dejó de serlo.
Mientras actualizaba unas configuraciones, pasé por alto un detalle en los volúmenes de mis contenedores. Ese pequeño error borró mis flujos cuando volví a desplegar el sistema.
No hubo corrupción, ni hackeo, ni bug. Solo error humano, el mío.
No era la primera vez que algo salía mal en mi vida técnica, pero esta vez dolió más. Porque las automatizaciones son mi trabajo, mi arte. Perder mis flujos fue como perder horas de pensamiento, pruebas y lógica que había perfeccionado con el tiempo.
La Reconstrucción
Después de unos minutos de frustración (y algunas palabras fuertes), decidí no perder energía quejándome. Lo reconstruí todo desde cero.
Pero esta vez lo hice con cabeza fría:
Creé flujos automáticos de respaldo que exportan cada automatización nueva.
Guardé las copias en múltiples lugares, local y en la nube.
Documenté toda mi configuración del entorno para poder recuperarla rápido si volvía a fallar.
Ahora, cuando creo una nueva automatización, no confío en la suerte. Confío en el proceso.
La Lección
La automatización trata sobre confiabilidad. Si no puedo confiar en mi propio sistema, ¿cómo voy a esperar que mis clientes lo hagan?
Esta experiencia me recordó que una automatización solo es tan fuerte como la estructura que la sostiene.
Los respaldos no son opcionales. Son parte de la disciplina que mantiene todo en pie, incluso cuando fallas.
No es la caída lo que te define. Es la velocidad con la que te levantas, aprendes y reconstruyes mejor.
Cierre
Perder todas mis automatizaciones dolió, pero me hizo más fuerte como ingeniero y como profesional.
Ahora, cada sistema que construyo lleva esa memoria: el precio del exceso de confianza y el poder de la preparación.
Si estás creando automatizaciones, recuerda esto:
Haz respaldos siempre.
Tu yo del futuro te lo va a agradecer.
